Cangrejito ermitaño (Manucomplanus varians). Fotografía: Ramíro Arcos. |
En los mares de Baja California Sur se pueden hallar criaturas desconocidas que cautivan a propios y extraños, por su belleza y/o capacidades físicas, entre otras muchas cualidades.
Por su graciosa apariencia, el cangrejito ermitaño (Manucomplanus varians) es muy apreciado por criadores de especies marinas.
Se distingue por la simbiosis que forma con el hidrocoral calcificado (Janaria mirabilis), con la que ambos se benefician; esta unión provee de protección al cangrejito y permite que el caparazón sea cargado, evitando que muera enterrado en la arena.
El cangrejito utiliza el hidrocoral calcificado como caparazón y no tiene la necesidad de cambiarlo, a diferencia de otras especies que sino se someten a un proceso de cambio, se ven afectados en su crecimiento y reproducción.
Esta especie es endémica del Golfo de California y Pacífico mexicano, sobre la costa de la península de Baja California. Habita en profundidades de cinco hasta doscientos cincuenta metros, comúnmente en grupos pequeños. Sin embargo, en su época de reproducción -de junio a agosto-, llega a formar agregaciones de hasta alrededor de trecientos organismos en un solo sitio.
Desafortunadamente, solo viven alrededor de tres años y actualmente su población corre riesgo de disminuir por su alta demanda y valor comercial, ya que llega a costar hasta 70 dólares, por ello es necesario que se investigue más para aprender a conservarlo.
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