El Bajo de Espíritu Santo, punto caliente de biodiversidad


En los mares del Parque Nacional Archipiélago de Espíritu Santo se encuentra una montaña submarina en la que las estaciones del año influyen en la biodiversidad que la habita: el Bajo Espíritu Santo.

Esta compuesta por un fondo superficial, rodeado por una fosa oceánica de una profundidad cercana a los 800 metros, que la separa de Isla Espíritu Santo -, permitiendo corrientes marinas y temperaturas que propician una abundante biodiversidad.

Según la temporada, entre las grandes extensiones de bosques de coral e inmensas biomasas de zooplancton y fitoplancton -la base de la cadena alimenticia de la vida marina-, se desplazan distintos tipos de fauna dominante, desde dorados y picudos, pasando por pargos, atunes, diversos tipos de tiburones -como el martillo, que ocasionalmente se sumerge a alrededor de hasta mil metros de profundidad- y rayas, hasta grandes mamiferos marinos, como delfines, orcas y ballenas.

La gran cantidad de flora y fauna marina, se debe a que las corrientes marinas originan remolinos que arrastran nutrientes desde el fondo del mar, proveyendo lo necesario para que la vida florezca abundantemente.


Las condiciones del lugar naturalmente atraen a los más intrepidos para prácticar la pesca deportiva y el buceo autónomo, asimismo dan sustento a las pesquerías de los alrededores, al funcionar como importantes sitios de reproducción y refugio de las especies marinas.


Archivo. 2016




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